En mi casa he reunido juguetes pequeños y grandes, sin los cuales no podría vivir. El niño que no juega no es niño, pero el hombre que no juega perdió para siempre al niño que vivía en él y que le hará mucha falta.
Querido Julen, tu presencia nos ha hecho a todos mucho más felices de lo que núnca hubiéramos podido imaginar. Ha sido un camino largo y, a menudo, dificil. Pero la recompensa ha borrado, de golpe, todos los complicados momentos pasados. Por eso hoy, gracías a tí, nuestro futuro es una bonita puerta abierta de par en par. Aita y Ama