jueves, 30 de abril de 2009

DIA DE LA MADRE


Mamá es esa señora que lleva en el bolso un pañuelo con mis mocos, un paquete de toallitas, un chupete y un pañal de emergencia…
-Mamá es ese cohete tan rápido que va por casa disparado y que está en todas partes y al mismo tiempo…
-Mamá es esa malabarista que pone lavadoras con el abrigo puesto mientras le abre la puerta al gato con la otra, sosteniendo el correo con la barbilla y apartándome del cubo de basura con el pie…
-Mamá es esa maga que puede hacer desaparecer mis lágrimas con un beso…
-Mamá es esa forzuda capaz de coger en un solo brazo mis 15 kilos mientras con el otro entra el carro lleno de compra…
-Mamá es esa campeona de atletismo capaz de llegar en décimas de segundo de 0 a 100 para evitar que me descuerne por las escaleras…
-Mamá es esa heroína que vence siempre a mis pesadillas con una caricia…
-Mamá es ese cuentacuentos que lee e inventa las historias más divertidas sólo para mí…
-Mamá es esa cheff que es capaz de hacerme una cena riquísima con dos tonterías que quedaban en la nevera porque se le olvidó comprar, aunque se quede ella sin cena…
-Mamá es ese médico que sabe con sólo mirarme si tengo fiebre, cuánta, y lo que tiene que hacer…
-Mamá es esa economista capaz de ponerse la ropa de hace cientos de años para que yo vaya bien guapo…
-Mamá es esa cantante que todas las noches me canta la canción más dulce mientras me acuna un ratito…
-Mamá es esa payasa que hace que me tronche de risa con solo mover la cara…
-Mamá es esa sonámbula que puede levantarse dormida a las 4 de la mañana, mirar si me he hecho pis, cambiarme el pañal, darme jarabe para la tos, un poco de agua, todo a oscuras y sin despertarse…
Mi mamá es la mas mamá mas guapa del mundo, la mejor…

viernes, 24 de abril de 2009

Una entrevista que me hicierón en una revista digital


LA CASA DE LOS NIÑOS



Por Mar Bestard- Crecí en un ambiente muy familiar junto a mis padres y hermanos. Hay momentos de mi infancia que nunca he olvidado, cuando salíamos a jugar a la calle con los niños del vecindario. No parábamos hasta que papá o mamá nos llamaban para cenar. Un día, sentados en la acera, jugando a ‘beso, atrevimiento o verdad’, una niña afirmó que la vecina de la casa verde era adoptada. No me acuerdo de la conversación que desencadenó tal afirmación, recuerdo mis sentimientos. Le pregunté a mi madre si ser adoptado era igual que no tener padres, “Al contrario, es la suerte de tenerlos”, me respondió.

En la actualidad soy madre, y aunque tengo hijos propios, el anhelo de adoptar uno siempre ha estado en mí. La información que he recogido sobre el tema me ha ayudado mucho, pero ante todo, conocer a Edurne. Mi primer contacto con ella ha sido a través de un ‘chat’ de adopción. Edurne y su marido no han podido tener hijos biológicos. La esperanza de ser padres no se desvaneció gracias al consejo de una persona próxima, “Hija, si en el mundo hay muchos niños que buscan papás, adopta uno”. El deseo de adoptar no es suficiente para iniciar un trámite de adopción. El menor tiene que haber sido previamente declarado adoptable por la autoridad competente. La burocracia varía según la nacionalidad del niño. Edurne y su pareja optaron por Ucrania.



Al constituir una adopción legal la Junta de Adopciones debe aprobar un certificado de idoneidad, -determina el perfil del menor y la capacidad, de los futuros padres, de asumir su tutela y cuidado-. Para coseguir dicha aceptación es primordial estar informado, a continuación presentar una solicitud formal, pasar un estudio psicosocial, ser visitados a domicilio y finalmente la posible aprobación. “ La aceptación del certificado de idoneidad se demoró once meses. La espera parecía interminable”, recordaba Edurne emocionada, “Somos idóneos!!!, vaya ‘palabreja’ para definir si estamos preparados para afrontar la paternidad”.

Queda 'mucho camino por recorrer'. El siguiente trámite es confeccionar un expediente que se remite al país de adopción, se adjunta el certificado de idoneidad, informe psicosocial, antecedentes penales, certificado de matrimonio, el de ingresos, certificado Médico oficial, copia D.N.I. y pasaporte, permiso de residencia y entrada de menores. Edurne y su marido, tras preparar minuciosamente el expediente, compulsarlo ante notario y traducirlo, lo mandaron al Centro de Adopciones de Kiev, en Ucrania. Transcurrido un mes, su abogado les informó que tenían asignado un numero de registro. A partir de aquel instante se inició una nueva espera que se alargaría hasta recibir una citación procedente del Centro. “Ya hemos dado dos pasitos más, pronto te tendré entre mis brazos”. Edurne hablaba con su futuro hijo como si lo llevara en sus entrañas.

Es imposible contabilizar el tiempo de demora semanalmente, ni tan sólo por meses. Un embarazo a término se prolonga entre 38 y 42 semanas. La tardanza aproximada para adoptar en España es de nueve años. La internacional varía según el lugar de procedencia del menor. Países del Este de ocho a veinte meses, Hispanoamérica de ocho a treinta y Asia de ocho a quince meses. Admiro el tesón de las personas que han iniciado un proceso de adopción. Cuando se lo transmití a Edurne me contestó," Nos sentíamos privilegiados. Cada trámite realizado era un paso hacia nuestro hijo”

Llegó el gran día, les citaron en Ucrania. Edurne y su marido no conocían a su futuro hijo. El centro de adopciones de este país no asigna los niños con anterioridad. Los futuros padres lo ‘eligen’, a través de un expediente, el día de la reunión.

“Emprendimos el viaje de nuestra vida”, dice Edurne. Llegó el día de la citación en el centro de adopción, o como califica la pareja, ‘ La casa de los niños’. “Lloré de impotencia, frustración, tristeza, tensión, angustia, injusticia, dolor. No sé por cuantas razones lloré, estaba destrozada”. El encuentro no salió bien. La cita puede fallar porque los niños, “que te ofrecen”, no están bien de salud o faltan documentos. Se solicita una segunda reunión. Para la pareja el segundo intento llegó tres días después, momento en que les enseñaron doce fichas correspondientes a doce niños. “ Vimos su carita en una foto diminuta. Enseguida supimos que era él. Abrieron una puerta y allí estaba, nuestro hijo. Él no lloraba. Yo no podía dejar de temblar, era la primera vez que lo abrazaba”, cuenta Edurne.

El último requisito para alcanzar la adopción plena es un juicio en el país del menor . El juez se dirige a los futuros padres para preguntarles a cerca del informe de idoneidad, del psicosocial y aspectos relacionados con su entorno y vida personal.

El menor es oficialmente hijo de los adoptantes tras la aprobación del juez

Le pregunté a Edurne en qué instante sintieron que la espera realmente había terminado. “Empezamos el 13 de octubre de 2003, el juicio fue el 6 de noviembre de 2006. Ese fue el día”.
En cuanto a la parte económica, el gasto total en una adopción internacional, oscila entre los 24.000 y 30.000 euros. Una cantidad que no es asequible para todos, aunque si es posible costearlo “no es un problema”, como dice Edurne. La adopción nacional es gratuita, aunque la espera es mucho mayor.

El proceso de adopción no es fácil, se necesita mucho empeño, fuerza, ilusión, esperanza y ante todo paciencia, aun así, adoptar un pequeño va más allá de la felicidad de los futuros padres, es ofrecer una familia a un niño que la necesita.

domingo, 19 de abril de 2009

martes, 7 de abril de 2009

Vacaciones en Barcelona

En el avion
Con aita


En el zoo

En el acuario

Un beso a todos...